ANGOLA HACE SUDAR A ESPAñA

El recuerdo del Angolazo planeó durante algunos momentos por la Fonteta. Aquella derrota ante la selección africana en los Juegos de Barcelona 92 volvió a cobrar vida en el segundo partido de España en el preolímpico de Valencia. El conjunto de Scariolo sufrió y sudó para apuntarse el triunfo (89-81) y de paso la clasificación para las semifinales del torneo de este sábado. Willy con 22 puntos y 10 rebotes, Aldama con 24 y ocho, y Lorenzo Brown con 11 asistencias comandaron la supervivencia frente a una Angola muy potente físicamente y que ganó la batalla del rebote (33-40). Bahamas venció en la otra parte del cuadro a Polonia por 90-81 para atar la primera plaza y el segundo escalón se lo jugarán este jueves (20.30) polacos y finlandeses. El ganador de este duelo será el rival de la selección española en semifinales, mientras que Bahamas se enfrentará en el otro cruce al vencedor del Líbano-Angola (17.30).

La cita sirvió además para que Sergio Scariolo festejara con un triunfo su encuentro número 200 al frente de la selección. El preparador italiano, de 63 años, solo está por detrás de Antonio Díaz-Miguel (433). Su etapa de 27 años se cerró con la sorprendente derrota en los Juegos de Barcelona contra Angola, el rival ante el que Scariolo ha alcanzado el doble centenar de presencias. No jugó Juancho por la lesión de aductor (”no pinta bien, apenas puede caminar”, dijo Scariolo) ni Juan Núñez por decisión técnica.

Por esos guiños del destino, un hilo generacional unió el Angolazo con este preolímpico. De Santiago Aldama a Santiago Aldama, padre e hijo, presentes en cada uno de los encuentros con 32 años de diferencia. Como Jean Jacques Conceiçao, el héroe angoleño de entonces, y su hijo Silvio de Souza, alistado frente a los muchachos de Scariolo. Y con el balón en juego, otro partido taquicárdico. España alistó el mismo quinteto inicial que frente al Líbano, un equipo que parece coger forma como la base de arrancada de la selección: Brown, Llull, López-Arostegui, Aldama y Willy. La combinación mezcla experiencia para manejar los inicios, tajo defensivo y dos grandes anotadores interiores. Aldama sumó protagonismo en los primeros pasos con su facilidad de movimientos y Brown alimentó su conexión con Willy. España mandaba (13-8). Angola resistía por una fortaleza física y una pujanza en el rebote ofensivo que exigían a los locales mantener altas las revoluciones.

La cara B saltó al ruedo: Díaz, Brizuela, Rudy, Pradilla y Garuba. Más defensa, galones y una buena dosis de juventud debajo de los aros. Angola seguía ganándose segundas opciones con sus capturas en ataque, un agujero que al conjunto de Scariolo le costaba tapar (26-19). La selección española era superior técnicamente, pero esa diferencia de talento no se traducía en un demarraje definitivo. La cesta de puntos la llenaban principalmente Aldama, liberado ante el tablero contrario en estos dos primeros choques del preolímpico, y Willy, abastecido por Brown. En el bando angoleño el botín estaba más repartido. Los chicos que entrena el español Josep Clarós perdieron el miedo y atacaron debajo del aro, descubriendo ahí el hueco donde reducir la brecha. A España le costaba frenar las penetraciones y cedió el segundo cuarto frente a los africanos (24-26) para alcanzar el descanso un pelo por delante (46-43) y con un aroma de preocupación por su juego. La defensa había hecho aguas.

La conexión entre Lorenzo Brown y Willy Hernangómez es una bendición para la selección. El base encuentra en el pívot madrileño la mejor diana para sus pases. Y el grandullón tiene en el director de juego al hombre que mejor le suministra balones en posiciones de ventaja. De alguna manera, ambos hablan el mismo lenguaje. Respira España con esta pareja y respira Scariolo, que al menos obtiene ahí un elemento diferencial. Ese entendimiento permitió a la selección tomar algo de oxígeno en momentos de ahogo (56-48). Aldama contribuyó con otros buenos minutos. Angola respondió con canastas a la carrera y otra vez con el bonus extra del rebote ofensivo para acercar posiciones. La tensión era máxima en la Fonteta (68-59).

Un triple de Rudy concedió a la selección su mejor renta, 12 puntos. Pero luego encajó un 0-5 en un suspiro que encolerizó a Scariolo. Al entrenador le duelen en el alma las lagunas defensivas. Tuvo que regresar otra vez el capitán Rudy para controlar las pulsaciones (82-74). Hay mucho en juego y los nervios están a flor de piel. España recurrió a los galones de Brown, Llull y Rudy para manejar los últimos minutos y abrochar una victoria muy sufrida por la exigencia física del rival. El paseo que fue el debut contra Líbano se convirtió en un camino de piedras contra Angola rumbo a las semifinales del preolímpico. Estar en los Juegos, como ya advirtió el entrenador, costará sangre y sudor.

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