CARUSO, TRASPASADO A LOS THUNDER

Alex Caruso (30 años), que se convirtió en un jugador de culto (la Mamba Calva y todo lo demás) en los Lakers campeones en 2020 y ha jugado las últimas tres temporadas en Chicago Bulls, sale por fin traspasado después de vivir metido en todos los rumores, señalado como uno de las piezas más apetecibles para cualquier aspirante al título: Oklahoma City Thunder lo quiere ser por muchos años, y se ha hecho con el guard, dos veces integrante de los Mejores Quintetos Defensivos (una en el primero y otra en el segundo) a cambio de Josh Giddey, el base-escolta australiano que fue número 6 del draft en 2021 y tiene todavía 21 años pero cuyo futuro parecía estar lejos de OKC después de sus problemas en playoffs, donde sus malos porcentajes en el tiro exterior le hicieron perder mucho peso en la rotación del equipo que acabó primero de la Conferencia Oeste en la regular season pero no pudo pasar de segunda ronda, donde se topó con los Mavericks de Luka Doncic.

Los Thunder, que tienen una situación ideal en cuanto a rondas de draft con las que negociar, ni siquiera han tenido que dar ninguna a cambio de un jugador por el que los Bulls habían rechazado buenas propuestas en anteriores ventanas de mercado. En Chicago siguen empeñados en competir sin pasar por fases de reconstrucción profunda, pero resultan muy cuestionables muchas de sus decisiones, entre ellas esta. Giddey es mucho más joven que Caruso y es un jugador con potencial, que puede mejorar mucho con respecto a este mal final de temporada en otro contexto. Y los Bulls no tienen un verdadero director de juego desde que comenzó la pesadilla de Lonzo Ball con las lesiones. Pero, en todo caso, parece obvio que podían haber operado de otra manera con un jugador del valor de mercado de Caruso.

Caruso no tiene la capacidad como generador de juego de Giddey, pero es un jugador ultra competitivo y con un enorme valor en la NBA actual. Anota el 41% de sus triples y la pasada temporada fue cuarto en robos. Con él y Lu Dort, los Thunder tendrán una pareja de extraordinarios defensores exteriores, un aspecto en el que también brilla Cason Wallace (que ha sido importante ya como rookie en esa faceta) y echa una mano el jugador franquicia, un Shai Gilgeous-Alexander que tendrá una nueva pieza de categoría en su guardia pretoriana. Caruso también aportará su experiencia en la liga y su pedigrí de campeón, algo que consiguió en 2020 con los Lakers, donde formó parte de una defensa de nivel histórico. En 2021, sin embargo, los angelinos calcularon mal sus movimientos y Caruso acabó en Chicago, algo por lo que muchos en L.A. se siguen lamentando.

Cuando se cumplan seis meses de la fecha en la que se haga oficial el traspaso, Caruso podrá firmar una extensión que podría llegar a 80 millones por cuatro años. El próximo será el último curso de su actual contrato, y los Thunder pretenden, obviamente, negociar una ampliación para que siga más allá del verano de 2025 en el equipo. Giddey, por su parte, puede negociar ya la extensión de su contrato rookie. Si no llega a un acuerdo con los Bulls, será agente libre restringido dentro de un año. En Chicago llevaban 34 meses sin hacer un traspaso que implicara movimiento de jugadores, y seguramente muchos de sus aficionados pensarán que habría sido mejor que hubiera seguido parada la cosa a la vista de un movimiento que, sobre el papel, es muy beneficioso para los Thunder y no demasiado para los Bulls, que obtienen un retorno cuestionable por, seguramente, la pieza con más valor real de mercado con la que contaban en su plantilla. Para Caruso, finalmente, ha llegado la hora de luchar por volver a ser campeón de la NBA.

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